domingo, 15 de enero de 2012

HERRAMIENTAS

Cuando mi hermana y yo estábamos en la escuela... mi padre siempre hacía alusión a una frase que decía mas o menos así "¿qué crees papá?, ¡ya no me gustó la carrera!" con un tono burlón. Lo que siempre me hizo sentir que desertar de la licenciatura (cualquiera que fuera) era una decisión absolutamente inaceptable. Decepcionante. Y sobre todo, intolerable. (Considerando el esfuerzo que mi padres hicieron para brindarme una educación en escuelas privadas) Renunciar a la mitad, significaría un derroche de dinero que no teníamos. Así que me dediqué siempre a ser responsable y dar lo mejor de mi mientras fui estudiante.

Sin embargo, desde que me titulé, me di cuenta que el mundo no es tan rosa como lo pintan, descubrí que hay un millar de obstáculos y que el titulo sirve para dos cosas: para nada y para lo mismo. Ni siquiera te asegura tener trabajo ni dinero. ¿Entonces para qué pasamos nuestra vida esforzándonos tanto y quemándonos las pestañas leyendo y estudiando? Es por eso que me pongo a pensar en las decisiones que he tomado en mi vida... ¿Es válido encontrar alguna otra ocupación redituable, colgar el título y dedicarse a ello? ¿Sería decepcionante para mi padre? Creo que más importante que un título universitario, es aquello que te da de comer, y que encima de todo, te gusta.

Con lo anterior, no estoy diciendo que no me gusta mi carrera, al contrario, me encanta. Y me gusta escribir... y también cocinar postres. Creo que ninguna de estas tres cosas están peleadas... así que es válido tomar todas las herramientas que se tienen a la mano para alcanzar sueños y objetivos... si me ven con delantal un día, no se sorprendan, simplemente estarán conociendo una habilidad que me tenía muy bien escondida.

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