Cuando camino por la calle, en especial en medio de una multitud... empiezo a fantasear acerca de sucesos convencionales... como tomar o cual transporte... alcanzar el metro o ser retrasada por algún imprevisto. Me gusta pensar que todo es parte de un plan perfecto... que todo está ahí por alguna razón... que hay algo más poderoso y más trascendente que el simple día a día... y la fascinación que tengo por pensar eso va más allá de dejarme manipular por esa idea del destino.
Si, he escuchado mil y un veces esa frase trillada que habla sobre ser arquitectos de nuestro propio destino... y no estoy en contra, pero independientemente de nuestras decisiones y la libertad que tenemos al tomarlas... hay un plan perfecto. Tal vez bueno, tal vez no tanto... pero quiero imaginar que si la vida se mueve, es porque hay algo que la impulsa a hacerlo... algo así como un motivo. ¿El destino?
Y cuando me encuentro enamorada o triste a la mitad de un catársis existencial... me da calma saber que alguien ya ha visto esa película y sabe el final... sabe que las cosas darán un cambio imprevisto... sabe lo que deparará el destino.
¿Me pueden decir cuál es el mío?
Si, he escuchado mil y un veces esa frase trillada que habla sobre ser arquitectos de nuestro propio destino... y no estoy en contra, pero independientemente de nuestras decisiones y la libertad que tenemos al tomarlas... hay un plan perfecto. Tal vez bueno, tal vez no tanto... pero quiero imaginar que si la vida se mueve, es porque hay algo que la impulsa a hacerlo... algo así como un motivo. ¿El destino?
Y cuando me encuentro enamorada o triste a la mitad de un catársis existencial... me da calma saber que alguien ya ha visto esa película y sabe el final... sabe que las cosas darán un cambio imprevisto... sabe lo que deparará el destino.
¿Me pueden decir cuál es el mío?
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